¿Es que nadie recuerda las palabras de Joan Tardà i Coma (que recogían una propuesta de Carles Santamaría) en el Congreso cuando se debatió el Premio Nacional de Cómic?
Urge, pues, la necesidad de elaborar un libro blanco del cómic, de forma consensuada con todos los ámbitos profesionales del sector y con las comunidades autónomas para analizar la industria del cómic, volumen de negocio, profesionales, problemáticas relacionadas con la profesión, librerías especializadas, canales de venta, presencia en las bibliotecas, hábitos de lectura, etcétera, de donde debe derivarse la necesidad de estudiar los retos, necesidades presentes y futuras, conteniendo una serie de medidas políticas a adoptar para su impulso. Quiero subrayar que no solo se trata de una cuestión de impulso político. La industria debe reflexionar también en profundidad para modernizarse y adaptarse a los cambios sociales y comerciales acaecidos.[1]
[1]
ESPAÑA. “Proposición no de ley del grupo parlamentario socialista del Congreso,
relativa a la creación de una nueva modalidad de Premio nacional dedicado al Cómic”.
Boletín Oficial de Congreso (4 abril 2006),
núm. 167, p.8349.
Urgía. Y se intentó hacer. Pero no se hizo. Imaginémonos el porqué. Lo que sí se podría hacer, hoy, ahora, aunque no urge (a mi juicio), es un "libro blanco de la novela gráfica", dado que parece ser que algunos disponen de cifras muy clarificadoras del volumen de negocio, profesionales, problemáticas relacionadas con la profesión, canales de venta, presencia en las bibliotecas, hábitos de lectura, etcétera de la cosa. Aunque no habrá con qué comparar esas cifras, pues la de la industria de los tebeos siguen opacadas por la historia y por la propia industria.
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